Larreta evita confrontar con el Presidente y sostiene su plan de reaperturas para la ciudad

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, decidió no confrontar con la Casa Rosada, pese a la sucesión de críticas de la última semana.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

Cambiaron los planes de diálogo, o sigue todo igual?». La pregunta sobrevoló las consultas virtuales que el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta intercambió ayer con miembros de su gabinete, luego de que el presidente Alberto Fernández volviera a criticar a la ciudad y dijera que «no se atiende a los adultos mayores en los hospitales» porteños y deben ser derivados a la provincia de Buenos Aires.

Luego de esas consultas, cerca de Rodríguez Larreta atribuyen esa declaración a «falta de información correcta» del Presidente. Sin estridencias, decidió delegar la respuesta en su ministro de Salud, Fernán Quirós. El ministro contestó con su estilo: sin polemizar, dijo que la atención a la tercera edad estaba «garantizada» y de paso dejó un dato sugestivo: un 20 por ciento de las camas de terapia intensiva en la ciudad está ocupada por «no residentes», o sea, bonaerense. A través de un «canal discreto», el jefe de gobierno porteño le hizo llegar esa información al propio Presidente.

A pesar de las críticas, que se suman a las de la semana pasada, y apalancado en una situación sanitaria que Quirós describe en privado como «estable», con una luz al final del túnel «en dos o tres semanas», Rodríguez Larreta decidió seguir en la senda del «diálogo y trabajo conjunto» con Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Lo guían su olfato político y las encuestas. «La gente nos dice que no quiere peleas entre políticos, porque para las elecciones falta demasiado», afirman a su lado. También, negociaciones abiertas con la Casa Rosada, como el traspaso de la Justicia a la órbita de la ciudad (que en Parque Patricios esperan que sea «con presupuesto incluido»), como parte de la reforma judicial que impulsa el Gobierno en el Congreso. «Una cosa es Cristina, híper ideologizada y coherente en no querernos, y otra el Presidente, que critica pero después cumple con lo que acordamos», insisten en el gabinete porteño, dónde atribuyen el «error» del Presidente a la titular del PAMI, Luana Volnovich. «Es cierto que el 15 por ciento de las camas en provincia las ocupan pacientes porteños, pero eso ocurre porque PAMI no le paga a los hospitales de la ciudad», explican fuentes del gobierno de Rodríguez Larreta.

Nadie quiere definir hoy qué pasará el 16 de agosto, cuando el Gobierno y la zona metropolitana deberán definir sus próximos pasos. «Todo se va a hacer en conjunto y según los datos que tengamos. Si seguimos complicados para esa fecha, se seguirá como está ahora. Y si estamos mucho mejor que la provincia, pondremos cara de póker, avanzaremos con las reaperturas y nos bancaremos las críticas», afirmaron muy cerca del jefe de gobierno porteño.

En la Ciudad ven hoy dos escenarios diferentes, de un lado y del otro de la avenida general Paz. El aumento de casos porteños el lunes y el martes (llegaron casi a 1500) son atribuidos a nuevos brotes en geriátricos y los nuevos test de saliva para asintomáticos. En cambio, los 4600 casos en provincia del martes son vistos como «la muestra de una curva que aún no está madura» y que con seguridad «va a seguir subiendo» con nuevos casos en el conurbano. «La pregunta es si están preparados para tanta cantidad de casos», se preguntaba un funcionario en relación a la política sanitaria que maneja el ministro bonaerense Daniel Gollán, que insiste con la necesidad de volver a medidas más estrictas.

Por eso, el cronograma de reaperturas sigue en pie, e incluye por ejemplo la reapertura de mesas a la calle en bares y restaurantes, y deportes individuales hoy no permitidos, como golf y tenis. «Está todo preparado. Pero aún no sabemos si se va a implementar», comentaron voceros del jefe de gobierno, con la mesura como estandarte.

Desde Parque Patricios relativizan las críticas internas que Rodríguez Larreta viene recibiendo en privado por su «tibieza» frente a la Casa Rosada. «No nos vamos a correr. Es lo que tengo que hacer y lo que me conviene hacer», dice en voz baja el jefe de gobierno, en su permanente apuesta al diálogo como vehículo para salir «más rápido» de la pandemia en la ciudad.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario